El matoneo y la violencia en los colegios del mundo sigue sorprendiendo. Guía para construir un clima escolar seguro propone una nueva forma de abordar este problema, por medio de una metodología de monitoreo permanente que se concentra en las particularidades de cada comunidad e integra datos de aspectos relevantes de cada institución a lo largo del tiempo, involucrando a estudiantes, padres de familia, educadores y líderes políticos. Este nuevo marco, que busca mejorar el clima escolar, propone utilizar fuentes de información variadas —como cartografías sociales, documentos administrativos, encuestas, grupos focales y redes sociales— para analizar las diferentes situaciones y los problemas que enfrentan los estudiantes en el colegio. Los educadores deben diseñar e implementar intervenciones específicas para sus comunidades; luego, deben hacer un seguimiento para determinar si se lograron las transformaciones esperadas y para poder identificar variaciones en las necesidades particulares, derivadas de las dinámicas siempre cambiantes de estos centros educativos.