Semillas de apego

Un programa de atención psicosocial para proteger a la primera infancia afectada por el desplazamiento y la violencia en Colombia, a través de la promoción del vínculo afectivo entre madre e hijos.

Semillas de apego: un programa de atención psicosocial para proteger a la primera infancia afectada por el desplazamiento y la violencia

Investigadores principales 

• Arturo Harker
  Profesor asociado, Escuela de Gobierno, Universidad de los Andes 
• Andrés Moya
  Profesor asociado, Facultad de Economía, Universidad de los Andes

Investigadores 

• Raquel Bernal
• Fabio Idrobo
• Alicia Lieberman
• Vilma Reyes
• Diana Sistiva
• Patricia Rojas-Zambrano

Objetivos del proyecto 

• Proteger a la primera infancia afectada por el desplazamiento forzado y la violencia en Colombia, a través de la promoción del vínculo afectivo entre madre e hijos.
• Fomentar la salud emocional de los cuidadores principales y su capacidad de responder afectivamente a las necesidades de los niños y el entendimiento de las buenas prácticas de crianza.
• Disminuir el aislamiento, restablecer la confianza y reconstruir la red de apoyo colectivo.
• Incrementar la capacidad de reflexión y la curiosidad sin juicio al proceso interno de los niños.

¿Existen entidades, asociaciones o empresas aliadas o que apoyan el proyecto? 

Ministerio de Salud y Protección Social, Innovations for Poverty Action (IPA), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación y la Secretaría Distrital de Integración Social.

¿Cuáles son los principales resultados del proyecto? 

• El currículo y el diseño en general del programa es viable, relevante y apropiado.
• Alta adherencia al programa.
• Existe evidencia de: mejora en la salud emocional de las madres, mayor interacción con los niños, fortalecimiento del vínculo afectivo, y mejora de aspiraciones y expectativas sobre el futuro.

¿Qué impactos ha tenido? 

Después de seis meses en el proyecto las madres reportan:

• Jugar más con sus hijos,
• Ser más pacientes y la intención de romper círculos de violencia a los que estuvieron expuestos (por lo que no usan el maltrato físico como método de reprensión),
• Sus niños son más expresivos, más cariñosos, más tranquilos, tiene mejor peso y talla.
• La relación con los cuidadores es mucho más afectiva, se establecieron nuevos vínculos.

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Contacto 

Arturo Harker
Profesor asociado, Escuela de Gobierno, Universidad de los Andes
a.harker @uniandes.edu.co