En nuestro Seminario de Asuntos Públicos revisamos el panorama de salud pública en el marco de las próximas elecciones y planteamos algunas recomendaciones a tener en cuenta, no solo para el gobierno entrante, también para la academia y la población en general.
Para hablar sobre las recomendaciones para la agenda de salud pública del próximo gobierno contamos con la mediación de Diego Lucumí, profesor y director del área de Investigaciones y Proyectos de la Escuela de Gobierno, y la participación de la Dra. Lina María Vera Cala, decana de la Facultad de Salud de la Universidad Industrial de Santander y Johnattan García, investigador visitante del Programa Takemi de Salud Internacional de la Universidad de Harvard. Este seminario llega en el punto más trascendental del debate presidencial, momento en el que se han abierto diversos espacios para hablar sobre el tema de salud pública, una conversación que parece faltarle un análisis más profundo desde ciertos elementos que deberían ser puestos en la agenda pública.
“El contexto de este seminario es ir más allá de lo que se está proponiendo en las diferentes campañas, incluyendo una mirada al Plan Decenal de Salud Pública –PDSP-”, comentó Diego Lucumí para iniciar el diálogo. Normalmente, la agenda de salud siempre se queda en unos temas específicos en particular, omitiendo los detonantes de los problemas en el sistema y las políticas que se podrían emplear para solucionarlos. Se habla muy poco sobre la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud, un apartado muy importante en el que es primordial hacer énfasis pues hay muchas dudas en el país al respecto. Si bien últimamente se ha ido cambiando la perspectiva y la comunidad ha empezado a educarse en temas de salud, la realidad en las provincias es muy distinta, con muchos territorios en los que el acceso sigue siendo precario.
Un punto crucial para el gobierno entrante debe ser el mejoramiento del sector salud en diversos territorios vulnerables de Colombia, garantizando servicios que permitan a las personas mantenerse saludables. La salud tiene que ser política de Estado. Debe empezar a construirse un modelo que permita una implementación que genere, entre otras, mejoras en la calidad, las instalaciones, la atención y los costos. La salud no es un gasto, es una inversión a largo plazo, una ganancia en calidad de vida y bienestar, contribuyendo al mejoramiento de las condiciones generales de la población y, por ende, del país.
En cuanto al papel de la academia frente a los desafíos de salud, las universidades tienen el reto de empezar a hablar sobre el tema en otras facultades que no sean las de medicina. Hay que encontrar la forma de que los profesores puedan dar clases en otras carreras, formando en asuntos de salud a muchos otros profesionales y dándoles las herramientas para hacer parte del debate público. Esto permitiría que se hablara más sobre, por ejemplo, el Plan Decenal de Salud Pública, el principal instrumento de política pública en salud del país para los próximos diez años del que, preocupantemente, no se ha comunicado de forma efectiva. “La mención del PDSP ha sido prácticamente nula, no se sabe si es porque no se tiene información de primera mano o porque ha pasado a un segundo plano, pero es una herramienta que ayudaría a solventar muchos problemas de fondo”, concluyó Lucumí.
Revive el seminario completo en: bit.ly/3FHuAbb
